INTRODUCCIÓN
La idea motriz de este historiador jumillano ha sido renovar el conocimiento del pasado de nuestro pueblo, anclado en las aportaciones de un grupo de eruditos jumillanos de la época de la Restauración, e incluso en la clásica Historia de Jumilla del canónigo Lozano.
La principal dificultad en
su empeño ha venido de la dispersión de
las fuentes documentales y de su escaso nivel de catalogación, lo cual
dificulta extraordinariamente la labor del investigador. El Archivo Municipal
de Jumilla cabe considerarlo como un espacio muerto para la investigación. El
autor de estas líneas ha denunciado públicamente el extravío y desorden en que
se hayan sus fondos. Por lo tanto esta carencia ha obligado al historiador a
una búsqueda intensiva por los mayores archivos nacionales: Archivo Histórico
Nacional, Archivo de la Corona de Aragón, Academia de la Historia, Simancas,
Granada, Murcia etc. en su búsqueda exhaustiva de documentos originales
relacionados con nuestro pueblo. Fruto de este trabajo archivístico y de su
posterior elaboración en unos modelos teóricos son sus dos primeros libros, que
vienen a trazar la historia política e institucional de Jumilla desde los
siglos bajo-medievales hasta los albores de las revoluciones liberales del
siglo XIX.
Este es el marco temporal de
sus investigaciones, Baja Edad Media-Siglo XIX. Para los siglos alto-medievales
son los arqueólogos locales quienes deben esforzarse en desvelar sus secretos.
Y la época contemporánea no es del gusto del autor, quede este campo para el
esfuerzo de otros investigadores locales.
En su último libro sobre la
religiosidad popular en Jumilla, el autor se adentra por una vía reciente de la
disciplina de la historia, la historia de las mentalidades, la historia social,
en búsqueda de los valores y creencias que compartía aquella sociedad, de la
cual descendemos cultural y biológicamente. Al estudiar al grupo, a la masa, en
sus creencias más intimas, en su vida cotidiana, todo aquel mundo que tanto
hemos estudiado de reyes, batallas, tratados internacionales, cortes fastuosas,
se nos revela como un gigantesco decorado de cartón- piedra. Como es sus
anteriores obras la nota primordial de esta obra es el esfuerzo documental, el
trabajo archivístico, el vaciado sistemático de cerca de 100 testamentos, la
consulta parcial de otros muchos, lo cual da un carácter original a todas las
noticias y datos que van apareciendo al hilo de la exposición de las diferentes
facetas de la sociedad jumillana que el autor analiza y describe.
Con vistas al futuro el
autor de estas obras viene acariciando la idea de una nueva edición de sus dos
primeros libros, actualizando su contenido, nuevos datos, nuevos capítulos, que
recojan nuevos hallazgos documentales que van surgiendo al hilo de la labor
investigadora. En el primer libro, es ineludible elaborar de nuevo toda la
etapa de Jumilla en la corona catalano-aragonesa, así como también recoger la
documentación aparecida en Londres, que viene a aclarar el momento clave de la
reconquista cristiana de Jumilla en el siglo XIII, etc.
En cuanto al segundo libro,
el Señorío de los marqueses de Villena, el autor quiere reelaborar por completo
toda la fase del fin del señorío, ya en el siglo XIX, pues considera que esta
parte del libro resulto en exceso concisa, y merece un tratamiento más amplio
para una mejor comprensión.
Por último una reflexión
personal, el autor de estas líneas ha seguido en su vida un derrotero
profesional por completo ajeno al campo de la historia, pero ha sido una
constante suya salvaguardar ante todo su vocación intelectual.