INTRODUCCIÓN


          Testamento de Miguel Guardiola, nieto de Andrés Guardiola. Principios del siglo XVI

 La idea motriz de este historiador jumillano ha sido renovar el conocimiento del pasado de nuestro pueblo, anclado en las aportaciones de un grupo de eruditos jumillanos de la época de la Restauración, e incluso en la clásica Historia de Jumilla del canónigo Lozano.

La principal dificultad en su  empeño ha venido de la dispersión de las fuentes documentales y de su escaso nivel de catalogación, lo cual dificulta extraordinariamente la labor del investigador. El Archivo Municipal de Jumilla cabe considerarlo como un espacio muerto para la investigación. El autor de estas líneas ha denunciado públicamente el extravío y desorden en que se hayan sus fondos. Por lo tanto esta carencia ha obligado al historiador a una búsqueda intensiva por los mayores archivos nacionales: Archivo Histórico Nacional, Archivo de la Corona de Aragón, Academia de la Historia, Simancas, Granada, Murcia etc. en su búsqueda exhaustiva de documentos originales relacionados con nuestro pueblo. Fruto de este trabajo archivístico y de su posterior elaboración en unos modelos teóricos son sus dos primeros libros, que vienen a trazar la historia política e institucional de Jumilla desde los siglos bajo-medievales hasta los albores de las revoluciones liberales del siglo XIX.

Este es el marco temporal de sus investigaciones, Baja Edad Media-Siglo XIX. Para los siglos alto-medievales son los arqueólogos locales quienes deben esforzarse en desvelar sus secretos. Y la época contemporánea no es del gusto del autor, quede este campo para el esfuerzo de otros investigadores locales.

El tercer libro, que trata de la iglesia de Santiago, es una especie de divertimento para su autor, que emana de su amor por la arquitectura, es especial por los espacios góticos. No es su especialidad la historia del arte, por lo tanto cabe considerar esta obra como una aportación documental sobre la historia de este edificio y de sus artífices, que permite una lectura real de los diferentes estilos arquitectónicos que se superponen en su seno. La lectura iconográfica de este monumento queda así facilitada para posteriores investigaciones que cubran esta faceta tan importante. Aun así, el trabajo documental para realizar esta monografía ha sido ímprobo, más de 200 legajos que abarcan el espacio comprendido entre mediados del siglo XVI hasta principios del siglo XIX, ha tenido que repasar concienzudamente en busca de los contratos de obra que suscribían los mayordomos de la fabrica de Santiago con los artistas que trabajaban en ella. Los Protocolos Notariales de Jumilla se encuentran en el archivo municipal de Yecla, y aunque el acceso a ellos es cómodo, su nivel de catalogación es muy elemental, por escribanos y con un cierto orden cronológico. Por lo cual es esfuerzo archivístico fue mayúsculo.

En su último libro sobre la religiosidad popular en Jumilla, el autor se adentra por una vía reciente de la disciplina de la historia, la historia de las mentalidades, la historia social, en búsqueda de los valores y creencias que compartía aquella sociedad, de la cual descendemos cultural y biológicamente. Al estudiar al grupo, a la masa, en sus creencias más intimas, en su vida cotidiana, todo aquel mundo que tanto hemos estudiado de reyes, batallas, tratados internacionales, cortes fastuosas, se nos revela como un gigantesco decorado de cartón- piedra. Como es sus anteriores obras la nota primordial de esta obra es el esfuerzo documental, el trabajo archivístico, el vaciado sistemático de cerca de 100 testamentos, la consulta parcial de otros muchos, lo cual da un carácter original a todas las noticias y datos que van apareciendo al hilo de la exposición de las diferentes facetas de la sociedad jumillana que el autor analiza y describe.

Con vistas al futuro el autor de estas obras viene acariciando la idea de una nueva edición de sus dos primeros libros, actualizando su contenido, nuevos datos, nuevos capítulos, que recojan nuevos hallazgos documentales que van surgiendo al hilo de la labor investigadora. En el primer libro, es ineludible elaborar de nuevo toda la etapa de Jumilla en la corona catalano-aragonesa, así como también recoger la documentación aparecida en Londres, que viene a aclarar el momento clave de la reconquista cristiana de Jumilla en el siglo XIII, etc.

En cuanto al segundo libro, el Señorío de los marqueses de Villena, el autor quiere reelaborar por completo toda la fase del fin del señorío, ya en el siglo XIX, pues considera que esta parte del libro resulto en exceso concisa, y merece un tratamiento más amplio para una mejor comprensión.

Por último una reflexión personal, el autor de estas líneas ha seguido en su vida un derrotero profesional por completo ajeno al campo de la historia, pero ha sido una constante suya salvaguardar ante todo su vocación intelectual.

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